Radiadores de baja temperatura

A estas alturas seguro que ya conoces los diferentes sistemas de calefacción para tu hogar, de ellos te hablamos en nuestro blog. Combinando estos sistemas con diferentes elementos podemos conseguir grandes rendimientos, como con los radiadores de baja temperatura.

De los diferentes tipos de radiadores que puedes encontrar en el mercado, ya te hemos hablado en alguna ocasión en nuestro blog, pero hoy queremos centrarnos en este tipo de radiador.

Con el auge desde hace unos años de sistemas de calefacción alternativos, surgieron los radiadores de baja temperatura, con sus ventajas e inconvenientes, que es lo que queremos ver hoy.

¿Qué son los radiadores de baja temperatura?

Este tipo de radiadores no difieren mucho de los radiadores convencionales que podemos encontrar en casi todos los hogares.

Es decir, por dentro de una estructura, normalmente de aluminio, circula el agua caliente que proviene de la caldera, que es la que se ha encargado de calentar esa agua que está dentro del circuito.

De esta forma el radiador eleva su temperatura, expulsándola como energía térmica, y dando lugar a elevar la temperatura de la habitación en la que se encuentre.

Sin embargo, en los radiadores de baja temperatura el sistema es ligeramente diferente. Su construcción es muy parecida a la de los radiadores convencionales, en realidad la diferencia está en el interior.

Dentro de un radiador de baja temperatura, está incluida una batería de intercambio, recubierto por la forma externa del radiador.

Esta batería de intercambio es la que se va a encargar de calentar el aire que hay dentro del radiador para que sea expulsado por la parte superior, creando así una transmisión de calor por convección.

De este modo se puede asegurar que casi el 100% del calor expulsado será por convección, mientras que en el caso de los radiadores que tienes en casa, expulsa el 80% del calor por convección y el resto por radiación.

En muchas ocasiones, dentro de este tipo de radiadores se suelen instalar pequeños ventiladores, que entrarán en funcionamiento solo cuando sea necesario, favoreciendo así la convección, con una mayor potencia térmica.

A este tipo de radiadores se les denomina radiadores de baja temperatura dinámicos.

Es posible que puedas confundir, en un primer vistazo, este tipo de radiadores con un fan-coil, pero no se parecen en nada. Los fan-coil son sistemas de climatización, es decir, que producen tanto calor como frío, con muchos más elementos que forman parte de su sistema.

Los radiadores de baja temperatura y sistemas de calefacción alternativos

Cuando hablamos de sistemas de calefacción alternativos, estamos hablando de sistemas como la aerotermia, de la que ya te hemos hablado aquí, o del suelo radiante

En el caso de la aerotermia, la capacidad que tiene este sistema de calentar agua dedicada a la calefacción es inferior a la que podemos llegar a alcanzar con una caldera de gas, por eso, este tipo de radiadores no son los más indicados para este tipo de instalaciones.

Para este tipo sería más recomendable la instalación de un suelo radiante.

Y es que las bombas de calor que utiliza la aerotermia no llegan a alcanzar la temperatura deseada para que el sistema funcione todo lo bien que nos gustaría.

Por eso la mejor opción para combinar con la aerotermia, es el suelo radiante, ya que necesita una temperatura menos elevada del agua que circula por su interior para realizar la misma función y calentar tu hogar.

Si ya tienes la instalación hecha de suelo radiante, puedes utilizar algunos de estos radiadores si no consigues alcanzar la temperatura en según que estancias, pero por norma general no suele ser necesario.

Así que, podemos ver estos radiadores, más como un complemento al suelo radiante, que como elemento principal dentro el sistema de calefacción.

Inconvenientes de los radiadores de baja temperatura

Ya hemos visto que en el interior de este tipo de radiadores existe un pequeño circuito de cobre, el intercambiado, que será el que caliente el aire que hay a su alrededor para ser expulsado en convección.

Esto nos lleva a que podemos convertir cualquier radiador convencional en uno de estos radiadores, aunque no tengan este intercambiador, ya que podemos elegir la temperatura que queremos que tenga el interior del radiador.

Se supone que cuanta menor sea la temperatura del agua dentro del radiador, mejor es la eficiencia energética de los mismos.

Por eso decimos que es posible convertir un radiador convencional en uno de baja temperatura. Obviamente no tienen el mismo funcionamiento, pero ambos emitirán calor.

Pero claro, esto tiene una serie de inconvenientes. Al tener que trabajar a una temperatura inferior, para que los radiadores emitan la misma energía térmica, deberán ser bastante más grandes.

Lógicamente, este nos parece un gran inconveniente, ya que los pisos o las estancias de hoy en día son más pequeñas, aunque el ahorro que supongan en gasto energético, sea elevado.

Recomendaciones

Si te has decidido por usar este sistema de radiadores para calentar tu hogar, te vamos a dejar unas pequeñas recomendaciones para poder sacar el mayor partido de ellos.

Al igual que con los radiadores convencionales, el mejor lugar para situarlos es aquel donde haya una mayor pérdida de calor, como pueden ser bajo ventanas o cerramientos.

No dejes que las estancias donde estén instalados estos radiadores permanezcan mucho tiempo sin ser calentadas, ya que de este modo conseguirás que se reduzca el consumo de energía.

Ten en cuenta que el ahorro que puedes llegar a obtener es de un 40% aproximadamente, por lo que considera este tipo de radiadores como una opción a tener en cuenta.

Y si tienes dudas y necesitas asesoramiento con respecto a esta o cualquier otra instalación, no dudes en ponerte en contacto con Elías Varas, tus expertos en calefacción.