Calificación energética

A pesar del boom de hace unos años en la construcción, con los perfiles de todas las ciudades de nuestro país, en unos más que en otros, plagados de grúas, el grueso de las edificaciones es, a día de hoy, bastante antigua.
De hecho, aproximadamente, 8 de cada 10 edificios llegan a tener más de 20 años desde que se realizó su construcción. ¿Y esto qué quiere decir?

Pues que al igual que su construcción es antigua, probablemente todo el sistema, de luz, agua y calefacción, sea también bastante antiguo.

Excepto algunas comunidades o edificios, que han sido modificados o reformados, las instalaciones comienzan a ser deficientes, comienzan a dar fallos y la calidad de vida en este tipo de estructuras baja, ya que, por ejemplo, se pierde mucho calor debido a la erosión de materiales.

Por eso, cada cierto tiempo es recomendable la revisión de este tipo de infraestructura, ya que además de conseguir que los sistemas funcionen correctamente, evitaremos poner en peligro a sus habitantes, así como mejorar las condiciones allí donde fuera necesario.

Este tipo de revisiones suelen dar como resultado un valor que nos ayuda a comprender mejor cómo es de eficiente el edificio, por lo menos en materia de energía, un bien que cada vez hay que cuidar más y que supone un gasto anual que todas las familias o comunidades deben asumir.

De ahí que se haga el cálculo de la eficiencia energética y se apliquen las correspondientes medidas, para garantizar que no se desperdicia la energía y, por lo tanto, se tira el dinero.

¿Como medir la eficiencia energética?

Este es el primer paso que debemos dar para saber si realmente nuestro edificio está contribuyendo al despilfarro de energía, así como de dinero.

Así que lo primero que debemos calcular es si la energía que consume de forma normal, en condiciones normales, cubriendo todas las necesidades y el confort de los habitantes del edificio, está dentro de la norma establecida.

Para ello se medirá tanto el consumo de calefacción, como de agua caliente sanitaria, electricidad, ventilación y una serie de parámetros que tendrán como resultado unos kilowatios hora por metro cuadrado, así como kilogramos de CO2 por metro cuadrado en cuanto a emisiones del edificio.

Con estos datos se realiza la clasificación del edificio, registrados en el certificado energético, que, como con los electrodomésticos, se hará mediante un etiquetado con una gráfica de colores y letras para que se pueda comprender de un solo vistazo.

En esta clasificación, los mejores situados y que consumen menos energía, serán los situados en la gráfica de color verde y con el distintivo de la A, que podemos encontrar en los edificios construidos recientemente.

En el caso de tener peor calificación, obtendría las letras B o C, o inferior, hasta la G, pero en esos casos, ya se tendría que hacer un estudio de las condiciones del edificio, ya que puede que se tenga que realizar una reforma de todo el sistema, para evitar peligros.

En el año 2019, se aprobó un nuevo Código Técnico de Edificación para corregir las deficiencias que tienen actualmente los edificios envejecidos de nuestro país y conseguir reducir el consumo de energía a 0 o lo más cercano a 0 que se pueda. Es una forma de lograr reducir la contaminación.

El estándar a utilizar para conseguir esa considerable reducción se hace siguiendo los criterios del estándar Passivhaus, que es el que da base a este Código Técnico de Edificación, y que supondría un ahorro de hasta un 40% de energía.

Mejorar la eficiencia energética

En el caso de que un edificio necesitase de algún tipo de rehabilitación en cualquiera de sus partes, se puede aprovechar para realizar una mejora de su eficiencia energética.

En el caso de cada uno de los diferentes hogares que forman parte de cada edificio, la reforma tendría que asumirla el dueño de cada uno de ellos, con las mejoras que quisiera incluirle.

Pero en la parte común de los edificios, se pueden realizar diferentes actuaciones para mejorar esa eficiencia energética, con diferentes estrategias.

Al realizar esa serie de mejoras, conseguiremos reducir la pérdida de energía, sobre todo en cuanto a los puentes térmicos, ya que su rotura es una de los principales causantes de la pérdida de energía en un edificio.

Esto puede conseguirse con una rehabilitación de la fachada, en la que se buscarán soluciones constructivas para mantener ese puente térmico, así como mejorar el aislante de la pared exterior para evitar pérdidas o fugas de calor.

Una forma de mejorar la factura energética la conseguiremos modificando alguno de nuestros hábitos de consumo, utilizando lo electrodomésticos que más consumen en tramos de horas en los que cueste menos su uso.

El uso de medidas alternativas para conseguir energía, como pueden ser las energías renovables, también contribuye a una mejora en la calificación energética del edificio.

Las claves para conseguir una buena eficiencia energética podemos tener en los siguientes puntos.

Aislamiento: El aislamiento, tanto interior como exterior será fundamental para conseguir un ambiente más controlado y dejar una menor huella energética.

Este aislamiento, no solo se realizará en las paredes, sino que también se realizará en suelos, techos, tuberías, cubiertas, tabiques e instalaciones. Por eso, en el caso de que toque realizar una reforma en casa, plantea si es el momento de modificar alguno de estos elementos.

Por ejemplo, puedes aprovechar para cambiar la caldera y el sistema de radiadores por unos mejores y conseguir una mayor eficiencia energética y reducción en el consumo de la calefacción.

Ventilación: Todos los edificios deben tener un sistema de ventilación para el control de la humedad interior. En el caso de disponer de un sistema de ventilación propio, debes asegurarte de se produzca un aporte de caudal del aire exterior suficiente que permita la renovación del aire interior y permitir un aire interior más sano.

Hermeticidad: En este término nos centramos en la estanqueidad del edificio o del hogar, lo que permitirá el paso controlado del aire y del viento. No confundir con el mal sellado de juntas que, en teoría ayudan a mejorar la ventilación del edificio. Obviamente, esto no es correcto.

Si en tu edificio toca hacer reforma para adecuarse a las nuevas calificaciones de eficiencia energética, quizás sea el momento para modificar o mejorar la calefacción de tu hogar.

Si es tu caso, contacta con Elías Varas para que podamos evaluar la situación y poder darte la mejor situación.