enero 7, 2021 | Comments Closed |
Frío, mucho frío es lo que sufrimos en invierno y cada año bajan un poquito más las temperaturas durante el invierno. Y a la hora de calentar tu hogar cometes varios fallos que tienes que evitar para mantener tu casa caliente.
Muchas de las prácticas que llevas a cabo durante el invierno se han quedado un poco anticuadas a la hora de mantener el calor en tu hogar, o puede que cualquier estudio nuevo nos demuestra que ese remedio que antes utilizabas puede resultar contraproducente.
Y es que no siempre el remedio de la abuela es la mejor solución, sobre todo cuando hablamos de remedios eficaces y que se puedan traducir en ahorro en tu factura.
Por eso os queremos dejar algunos de los errores más comunes que comentemos todos a la hora de intentar reducir nuestra factura en calefacción sin renunciar a tener nuestro hogar caliente.
Y aunque parezcan que son ideas que todo el mundo tiene en cuenta a la hora de mantener la casa con una temperatura agradable, muchas veces no nos damos cuenta de estos errores y por eso nunca está de más el recordarlos.
En muchas ocasiones, no conoces bien tu sistema de calefacción, el estado de la instalación del sistema de calefacción, el estado de la caldera o si realmente se está aprovechando al máximo el calor de cada habitación de tu hogar.
Por todo ello, es una de las partes que desestimamos, quizás porque confiamos que en su momento se realizó correctamente el estudio de cómo debe estar montado el sistema de calefacción y qué necesita cada una de las estancias de tu hogar.
Analizar cada una de las habitaciones y el uso que se va a hacer de cada una de ellas, ya que no es lo mismo una habitación que casi no se usa o un dormitorio, no se va a necesitar tener la misma temperatura en cada una y realizar un gasto innecesario.
Obviamente, también será necesario conocer las necesidades de cada uno de los ocupantes, así como los horarios en los que se van a necesitar tener la casa caliente o no.
Sobre todo, en grandes comunidades con calefacción central, en la que los excesos de consumo son abonados por cada inquilino, el sabor cuánta potencia se tiene contratada puede evitar esos excesos de consumo o en el caso de no tener lo suficiente contratado, evitar tener que utilizar otros sistemas para calentar cada estancia, con el aumento del gasto doméstico.
Y es que un termostato bien configurado y situado puede conseguir que el consumo de calefacción se reduzca.
Normalmente todas las calderas hoy en día tienen su propio termostato interno, pero que no es el mejor modo de poder controlar la temperatura de tu hogar.
Hoy en día, prácticamente cada hogar ya tiene su propio termostato con el poder regular la temperatura, y en el caso de no tenerlo, es el momento de plantearse el cambio caldera, a un sistema más moderno que permita regular mejor la temperatura, a la larga, un gran desembolso en una buena caldera, hace que reduzcas el consumo y, por consiguiente, un ahorro a largo plazo.
Esto nos lleva al siguiente punto.
Si tu instalación de calefacción tiene ya muchos años, sería recomendable que te plantees el realizar una modificación de sus elementos principales y revisar la instalación.
De este modo, no solo conseguiremos repartir y ahorrar a largo plazo en nuestra factura de gas, sino que conseguiremos evitar la degradación de sus componentes, como los tubos por donde va a circular el agua hacia los radiadores, o los propios radiadores.
Además, conseguiremos ventajas tales como poder instalar termostatos inalámbricos, programables o múltiples características que las calderas más actualizadas suelen tener, dependiendo del modelo que se adquiera.
Verificar que tanto las ventanas como las puertas están correctamente aisladas, ya sea por el material utilizado o revisando las juntas para evitar posibles corrientes de aire.
Utilizar burletes, colocar cinta aislante, revisar enmasillados, son algunas de las partes que deben ser revisadas para asegurarnos evitar la pérdida de calor o la entrada del frío y la humedad.
No debes olvidar revisar los cajones de las persianas de donde también pueden llegar las filtraciones del exterior.
El uso de aislantes como la lana de roca para las paredes exteriores para conseguir mejorar el aislamiento es otra de las opciones que podemos plantearnos a la hora de conseguir aumentar el calor de nuestro hogar.
Con esto no quiere decir que no debas ventilar la casa, para nada, simplemente por temas de salud ya es algo prácticamente obligatorio.
El problema no es la ventilación, sino la hora a la que se debe ventilar, sobre todo en invierno. En verano no tiene tanta influencia, de hecho, es mejor hacerlo a primera hora del día, precisamente para refrescar la casa, por eso, ¿por qué hacerlo en invierno también?.
Por todo esto, la mejor hora para ventilar sería a mediodía, cuando la temperatura del exterior sea algo más templada y de este modo la temperatura del interior de nuestro hogar no bajará tanto, y al poner la calefacción, no tendrá que estar tanto tiempo en funcionamiento, conllevando el aumento de consumo.
La mejor manera de utilizar las persianas y cortinas para mantener el calor, sería dejándolas subidas durante el día y bajadas durante la noche.
De este modo conseguiremos que durante el día el calor del sol pueda calentar la casa y durante la noche la utilizaremos como aislante térmico evitando que entre el frío.
Aunque esta medida pueda chocar a mucha gente que ya lo hace correctamente, no todo el mundo la lleva a cabo, ya sea para evitar mostrar cuando estamos en casa o no, o porque no pueden dormir sin tener un punto de luz a través de la ventana.
Cerrando las habitaciones que menos utilicemos, hará que puedas evitar que el trasvase de calor de una habitación a otra, pudiendo mantenerlas más calientes en las zonas que más usemos. Cuanto más abierto sea el espacio a calentar, más tardará en calentarse y más coste supondrá.
Ocurre lo mismo con los radiadores. Si no utilizamos una habitación, ¿para qué mantener el radiador abierto? Esa habitación no hace falta que esté caliente, por lo tanto, reduzcamos el consumo de energía para calentarla.
El desconectar la caldera y no dejar que la casa se mantenga a una temperatura mínima dentro de lo razonable, hará que cuando quieras aumentar el calor en tu hogar, el consumo sea mucho mayor, provocando un aumento de energía y en tu factura.
Lo ideal es mantener la casa a una temperatura mínima, aproximadamente 15º y de este modo, cuando necesitemos más calor, no tardará tanto en calentarse ni hará un uso desproporcionado de energía.
Hoy en día con los avances en los termostatos, como los programables o los que están conectados con nuestros teléfonos móviles, podremos conseguir un mayor control de la temperatura y, en consecuencia, mejorar la factura en calefacción.
Y es que aún mucha gente utiliza los radiadores a modo de secadora o lo cubre para esconderlos o decorarlos.
Es un error muy típico, y que cualquiera comete en algún momento, pero es una práctica que debemos abandonar para conseguir un mejor rendimiento y calor en nuestro hogar.
Está claro que cuando estamos en casa queremos estar cómodos y lo normal es utilizar menos ropa o prendas que sean más holgadas.
Ya sabemos que quizás una bata puede llegar a ser antiestético o poco cómodo, pero es una manera de estar caliente en casa sin tener que subir la temperatura de tu casa.
Además, durante un día frío, ¿a quién no le gusta poder sentarse en su sofá a ver su serie, película o programa de televisión favorito con una buena manta?
Estos son algunos de los errores que en algún momento todos hemos cometido en cuanto a la temperatura de nuestro hogar se refiere, pero existen algunos más.
¿Cuál de ellos es el que más cometes?