agosto 29, 2018 | Comments Closed |
Cuando lo encendemos por primera vez, el termostato realiza un escaner de las redes WiFi disponibles. Una vez se conecte a la nuestra, habrá que crear una cuenta desde el propio termostato, con la que podremos acceder a los controles del mismo tanto desde un navegador (la página web de nuestro aparato), como desde una aplicación móvil que podremos descargar, y que será la que nos permita manejar los controles desde cualquier parte.
Podemos encontrar dos modos: el manual y el automático. En el manual, podremos regular a tiempo real cualquier aspecto de la calefacción. En el modo automático, utiliza la inteligencia del termostato para regular la temperatura. Por ejemplo, cuando llegues a casa de la calle y tu dispositivo móvil se conecte a la red WiFi, el termostato lo detectará y hará que la calefacción se conecte o se desconecta cuando te vayas.
Además, desde la aplicación también podemos controlar las estadísticas de uso, como el consumo real y el acumulado. De esta manera tendremos un mejor control del consumo de la calefacción.
Los termostatos WiFi, en comparación con los termostatos tradicionales o con los cronotermostatos, presentan muchas ventajas: