marzo 19, 2020 | Comments Closed |
La mayor parte del tiempo la pasamos en casa, y más todavía en estos días en los que las debemos permanecer aislados. Al pasar tanto tiempo en el interior hay ambientes que se saturan, al igual que en las oficinas, por eso es importante que el aire de estos ambientes tenga una buena calidad y condiciones y deban ser idóneas para la salud. Este ambiente se denomina aire interior.
Al igual que con otras condiciones ambientales en lugares cerrados, como la calefacción, o los aires acondicionados, deben estar regulados por una serie de normativas, como son la CTE o el RITE, del cual ya os hablamos en otra ocasión y que podéis recordar pinchando aquí.
Todos hemos estado en algún momento en una habitación mal ventilada o sin un aire interior de calidad, por lo que vamos a dar un repaso a cómo mejorar esta calidad del aire y así evitar las consecuencias negativas de un ambiente insalubre.
h2>Mejorar la calidad del aire interior
Todas las mañanas procuramos ventilar la casa para conseguir que la calidad del aire interior, después de pasar muchas horas cerrada, y más en días de invierno, mejore. De esta manera podremos conseguir la expulsión de los posibles agentes nocivos que se han concentrado, tanto en oficina como en hogares, a lo largo del día, y ganado en salud y habitabilidad.
Dependiendo de la forma de ventilar, conseguiremos mejores resultados, afectando incluso al consumo energético de la vivienda.
La más antigua de todas, la que se ha realizado toda la vida y que probablemente todos recordemos y sigamos practicando es la de abrir las ventanas. ¿Quién no recuerda, siendo niño, cómo despertabas muchas veces a la orden tu madre abriendo las ventanas para ventilar la habitación?
Por regla general, esas ventanas permanecían abiertas casi toda la mañana, con lo que se pretendía aumentar el oxígeno en la estancia, evitar que se formasen humedades o, en el caso de los fumadores, reducir la cantidad de humo, eliminar su olor y la sensación de opresión que aparecen lugares cerrados con una cantidad de este humo.
El inconveniente que tienen este sistema, es que permite la entrada a otros patónegos en la estancia, ya sea polen o contaminación en el caso de existir en el exterior, por lo que no conseguirá el resultado esperado al 100%.
Además, si a esto le añadimos la situación geográfica en la que se encuentra la vivienda o la oficina, tenemos también el inconveniente de la posible entrada de agua y humedad en zonas con una alta pluviometría, o en invierno, el descenso de la temperatura interior, lo que obligará a los sistemas de climatización a trabajar más para conseguir recuperar esos grados perdidos, lo que incrementará el consumo.
Pasando a sistemas más modernos de ventilación, ya sea del hogar o de oficina, podemos hacerlo mediante sistemas mecanizados.
Estos sistemas son capaces de evacuar un gran volumen de aire interior no sea salubre, mientras van introduciendo nuevo aire, filtrándolo y evitando que puedan pasar partículas contaminadas o polen, es decir un aire de buena calidad.
Además, estos sistemas van evolucionando y mejorando con el tiempo, lo que a día de hoy se traduce en sistemas que permiten la regeneración del aire interior, usando intercambiadores de calor, logrando así una climatización del aire que entra. Esto nos permitiría evitar una pérdida de energía, generando un ahorro en calefacción o en aire acondicionado. Esto lo conseguiríamos gracias a la aerotermia.
Otra opción que existe a día de hoy en el mercado, son los purificadores de aire. Normalmente estos purificadores de aire solo tienen la capacidad de hacerlo en las estancias en las que están instaladas, no sirven para toda la oficina o la casa. La ventaja, por norma general, puedes llevarlo a otras estancias donde realizar el proceso.
Otras funciones que pueden tener estos purificadores, suelen ser la de deshumificar el ambiente, o pueden poseer filtros para reducir los alérgenos, gérmenes, ácaros o partículas insalubres que haya en el ambiente. Dando un paso más, incluso pueden absorber olores o componentes químicos.
Para intentar tener que reducir el uso de este tipo de elementos externos, que tendríamos que comprar aparte, y que suponen un aumento en nuestro gasto, a excepción de los sistemas de aerotermia, que podemos instalarlo como sistema de climatización de nuestro hogar, a la vez que nos permite purificar el aire, queremos ofreceros una serie de consejos u opciones para conseguirlo.
La ley vigente no permite fumar dentro de edificios públicos, o en el interior de oficinas, bares y demás recintos cerrados, medida que se adaptó hace unos años y que permitieron liberar a este tipo de recintos de humos nocivos. Como todos sabemos ya, el humo del tabaco no solo es perjudicial para el que lo fuma, sino que también lo es para todo aquel que le rodea y se ven expuestos a él, por lo que habilitar zonas para fumadores en el exterior de los edificios o casas, evita que puedas contaminar el aire interior.
Cortinas, sofás y otros muebles de la casa se impregnan de ese olor, que no es fácil de quitar, al igual que llegan a cambiar de color, pasando a tener un tono más amarillo.
La mayoría de los productos de limpieza contienen agentes químicos, que por norma general y dependiendo de en qué cantidades son perjudiciales para la salud de todos los que inhalan sus vapores. Por suerte, en el mercado ya existen productos no tan tóxicos, incluso hipoalergénicos.
En edificios más grandes, las labores de limpieza y desinfección se suelen realizar por la noche o a primera hora del día, para evitar interferir en la labor de los trabajadores que acuden a sus puestos de trabajo y puedan verse afectados por esos vapores de los agentes químicos de los productos que se usan.
Por suerte, este tipo de situaciones se han conseguido ir eliminando poco a poco de nuestras construcciones. Por poner un ejemplo, que quizás fue de los más conocidos, fue el caso del amianto, que se verificó que provocaba enfermedades pulmonares y por lo tanto no era un material que pudiera ser utilizado en la construcción. A día de hoy todavía se está eliminando de muchos edificios.
En algunas ocasiones, se ha detectado que algunos materiales que se han utilizado en la construcción de muebles o de elementos decorativos, contienen materiales que también pueden ir “soltando” partículas a lo largo de su vida útil, que pueden llegar a ser perjudiciales, como son los formaldehidos.
Como hemos podido ver, la mejor forma de tener aire puro en el interior de los edificios o viviendas de forma más natural, es introduciendo el aire de fuera. Pero, si el aire de fuera ya viene contaminado, las soluciones no son muy efectivas, por eso y muchas más razones, el cuidado del aire, tanto exterior como interior, es fundamental.
Para lograr un mejor aire interior, ¿qué método usas?