julio 24, 2024 | Comments Closed |
Mantener la presión adecuada en una caldera de gas es esencial para su funcionamiento eficiente y seguro. A veces, la presión puede subir más de lo recomendado, causando problemas que van desde un mal rendimiento hasta riesgos de seguridad. Saber cómo bajar la presión de la caldera es esencial y nos puede sacar de más de un apuro.
A continuación, desde Elías Varas te explicaremos por qué sube la presión de la caldera, cómo bajarla y los pasos detallados que debes seguir para asegurar que tu caldera funcione correctamente.
Existen varias razones por las que la presión de la caldera puede aumentar más de lo debido. Esta situación puede darse por exceso de agua en el sistema, un fallo en el vaso de expansión, problemas con la válvula de llenado y la obstrucción de los conductos.
Conocer la razón por la que sube la presión de la caldera es el primer paso para solucionarlo. Ahora veremos cómo podemos bajar la presión de manera efectiva.
Antes de proceder a bajar la presión de la caldera, hemos de revisar el manómetro para que comprobar que la presión está entre 1 y 1,5 bares (si la caldera está fría), inspeccionar posibles fugas que afecten a la presión y comprobar que la válvula de llenado está cerrada correctamente.
Una vez realizada la verificación inicial, puedes proceder con los siguientes pasos para bajar la presión de la caldera.
Antes de manipular la caldera, asegúrate de apagarla y dejar que se enfríe completamente. Trabajar con una caldera caliente puede ser peligroso y puede dañar los componentes internos.
El purgado de los radiadores es una forma efectiva de liberar el exceso de presión. Primeramente, debemos ubicar el purgador, que suele estar en uno de los extremos del radiador en forma de válvula pequeña. Una vez que lo tenemos situado, hemos de girar la válvula lentamente con una llave de purgado hasta que escuchemos un silbido. Eso es indicación de que el aire está empezando a salir, una buena señal. Cuando hayamos dejado salir todo el aire, hay que cerrar la válvula firmemente.
El vaso de expansión absorbe el exceso de presión, pero puede fallar o necesitar ajuste. Al igual que ocurría con el purgado de los radiadores, primero hemos de localizar el vaso de expansión, que generalmente se encuentra cerca de la caldera. Después, hemos de verificar la presión mediante el uso de un manómetro. Esta deberá estar entre 0,75 y 1 bar. Si la presión es baja, usaremos una bomba de aire para recargar el vaso.
Si la presión es alta, puede que necesites ajustar la válvula de presión. La válvula de presión se sitúa cerca del manómetro y una vez que la encontremos, la giraremos en sentido antihorario para liberar el exceso de presión. Por último, observaremos la disminución de la presión en el manómetro para ajustarlo según sea necesario.
Algunos problemas, como un fallo en el vaso de expansión o la válvula de presión, pueden requerir la intervención de un técnico especializado. Manipular la caldera sin el conocimiento adecuado puede ser peligroso, por lo que un profesional garantizará una solución segura y efectiva.
Mantener la presión adecuada en tu caldera de gas es crucial para su eficiencia y seguridad. Siguiendo estos pasos y comprendiendo cómo bajar la presión de la caldera, puedes asegurarte de que tu sistema de calefacción funcione de manera óptima. Recuerda, si tienes dudas o encuentras problemas persistentes, contacta con nosotros para evitar riesgos y asegurar un funcionamiento seguro y eficiente.